El último taco
Aunque el semáforo en rojo estaba,
las Covid - fiestas aumentaban.
Y mientras todos bailaban,
sin invitar a Susana,
con el copal y las flores,
la muerte se despertaba.
En fraccionamientos y vecindades,
en las playas y en las ciudades,
de todas las tallas, chicos y grandes,
convertían sus ropas en disfraces.
Y mientras Gatell más se preocupaba,
la muerte, sus manos se frotaba.
Pues sin cubrebocas ni precauciones,
al hospital, llegaban por montones.
De todas las razas, pobres o ricos,
la huesuda se llevaba, por necios y mezquinos.
Y ni con ventiladores o abanicos,
Nadie de ella escapaba, ni de sus dedos tilicos.
Los Crisoles espantados,
sus cubrebocas usaron,
Y enfermarse de Covid,
justo a tiempo evitaron.
Confiada y llena de risas,
estaba la Doctora Elisa,
que disfrutaba sin prisa,
de una sabrosa taquiza.
Y cuando en la cazuela vio,
el último de cecina,
A comerlo se apresuró,
para ganárselo a la vecina.
Tan presto el taco jambó,
que poco lo masticó,
Y aunque al pajarito miró,
nomás los ojos peló.
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