El serrallo y la muerte
¡Oh muerte! ¡Oh muerte!
Cuánto duele tu desdén
por este cuerpo que
reposar quiere en el edén.
¡Ay Parca! ¡Ay Parcuchita!
Si es por covid, por viruela, o sarampión,
o, tal vez, por el corazón
venid por mí, pero justo a la sazón
¡No antes por favor!
Después, tampoco flaca.
Tiene que ser exacto,
el momento de palmar.
La huesuda entonces respondió
-después de oír tal petición-,
¿de qué sabor tú quieres
tu nieve de limón?
Y en silencio se llevó
a quien el tiempo preocupaba;
pues por querer ser puntual
antes de tiempo siempre llegaba.
Georgina era su nombre.
Ya que Jorge quiso nunca ser;
pues, demasiado le pesaba,
el apelativo, en el burdel.
Y el deseo se cumplió
porque, ni antes ni después,
la Calaca Lilly,
por él a tiempo llegó.
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