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Dante Alarii López Pérez

El cuento de la gota Niss y sus amigos

A través del siguiente cuento infantil, Dante Alarii López Pérez, alumno de diez añitos de la primaria “Benito Juárez” perteneciente al Estado de Oaxaca. Nos insta a cuidar y preservar el agua, no importa la edad, pues incluso desde los más pequeños, todos podemos aportar a esta problemática que en tiempos recientes nos afecta y ocupa como sociedad.



¡Oh no!, exclamó Niss. ¡Miren cuántas gotas se están yendo por el desagüe!

Tenemos que hacer algo, dijo Rocío preocupada.


Chispi, siempre bromista, sugirió: ¡Ya sé! Hagamos cosquillas a Pedrito para que cierre el grifo. Pero Niss sabía que eso no era una buena idea.


Luego, vieron a Doña Lola, una señora mayor que regaba sus flores a mediodía, cuando hacía mucho calor. El agua se evaporaba rápido y las plantas casi no la aprovechaban.

¡Qué desperdicio!, pensó Niss.


"Pobrecitas plantas, tienen sed pero no pueden beber", dijo Rocío con tristeza.

Más tarde, encontraron a Juanito, el hermano mayor de Pedrito, tirando papeles al río. Niss se enojó mucho porque el agua se ensuciaba y los peces no podían nadar bien.

¡Ey! ¡Eso no se hace!, gritó Chispi, aunque sabía que Juanito no podía oírlo.


De repente, apareció Gotón, un sabio río que había visto todo. "Pequeñas gotas", les dijo, "ustedes pueden hacer la diferencia. Usen su magia para enseñar a los niños".



Niss tuvo una idea genial. "¡Vamos a meternos en sus sueños!", propuso.

Esa noche, Niss, Rocío y Chispi usaron su magia de gotas para entrar en los sueños de Pedrito y Juanito. Les enseñaron lo importante que era cuidar el agua y les dieron consejos:

1.     Cerrar la llave del agua mientras te lavas los dientes.

2.     Regar las plantas temprano o de noche.

3.     No tirar basura en los ríos y mares.

Pedrito y Juanito despertaron muy emocionados y contaron sus sueños a sus papás, a Doña Lola y a todos sus amigos. Pronto, todo el pueblo empezó a cuidar el agua.


Niss, Rocío y Chispi estaban muy felices. Volvieron a su nube y les contaron a sus hermanas gotas que ahora podían bajar tranquilas porque la gente las cuidaba.

Desde entonces, cada vez que llueve, los niños del pueblo saludan a las gotas y les agradecen por el agua que les dan. Y Niss, Rocío y Chispi sonríen desde el cielo, orgullosos de haber enseñado a cuidar el agua.


Y colorín colorado, este cuento del agua se ha acabado. ¡Recuerda siempre cuidar el agua como Niss y sus amigos nos enseñaron!



Sobre el autor:

Dante Alarii López Pérez. Alumno de educación primaria en la escuela “Benito Juárez” ubicada en la comunidad de Soledad Etla, Oaxaca, México.

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