Arte prehistórico: escena de caza, cuevas de Valttorta, España
Introducción
No hace mucho tiempo una doble interrogante hizo ruido en mis pensamientos: ¿si con una sola imagen pudiera ilustrar qué es el arte cuál elegiría?
Luego de madurar estas preguntas, decidí que mi respuesta sería precisa y contundente, ¡la pintura rupestre sobre la caza! descubierta en la Cueva de los Caballos, Valttorta, España; apenas en el siglo XX y por cierto, declarada por la UNESCO, Patrimonio Cultural de la Humanidad.
¿Por qué?, por el hecho de que aún de no cumplir con la formación academicista rigurosa de su autor, ni la cuestión de canon –influyente y determinante- clásico y menos con la sofisticación de su técnica e insumos; reúne los requisitos significativos que los historiadores del arte ponderaron para calificarla así.
El arte prehistórico –y primitivo- desdeñado o rechazado por muchos, hace unas décadas fue objeto de interés antropológico por parte de unos cuantos especialistas, entre ellos Gombrich, que pudieron demostrar y convencer al mundo que este tipo de arte es tan digno y merecedor de atención no sólo por parte del espectador –turístico, o no- sino del especialista para desentrañar otros misterios artísticos.
Ernst Hans Josef Gombrich, OM fue un historiador de arte británico de origen austriaco
En mí, éstas fueron las razones de peso que llevaron a considerar para el efecto académico de Conceptos básicos de la Historia del Arte, un nuevo ejercicio de ideas que en pocas líneas estableciera reflexiones, sobre la imagen representada y sus posibilidades de movimiento y temporalidad.
Desarrollo
Se subdivide en tres partes: imagen, movimiento y tiempo
Imagen
Gubern[1] aseguró que el hombre es primordialmente un animal visual.[2] A pesar de los múltiples mitos y creencias que ello suscita, estimaciones científicas consideran que más del 50% de la información que recibe el ser humano, llega a través del sentido de la vista.
[1] Román Gubern no es historiador de arte pero ha contribuido en el campo con valiosas aportaciones. Es académico de la Universidad Autónoma de Barcelona, escritor y especialista en Medios Audiovisuales.
[2] Gubern, La mirada Opulenta, pág 1.
Román Gubern Garriga-Nogués es un escritor e historiador de medios de comunicación español
La visión entonces no es una simple acción óptico - mecánica sino que implica un complejo proceso en el que el cerebro juega un papel determinante. Por ello se entiende a Arnheim[3] cuando asegura que la visión es un acto de inteligencia.
Es el sentido de la vista, al menos que se sea ciego, el que permite al hombre percibir el mundo que lo rodea para después reproducirlo a través de la imagen.
[3] El teórico hace énfasis de esta cita propia en varias de sus obras. La misma es retomada por otros autores que disertan sobre la cuestión.
Rudolf Arnheim fue un psicólogo y filósofo nacido en Berlín, Alemania en 1904.
Desde tiempos remotos el hombre tuvo la posibilidad de acceder a diversas formas de imagen. Primero a la interior o mental, después la verbalizó para luego plasmarla en forma gráfica o plástica con diferentes finalidades: informarse, vincularse, expresarse o comunicarse.
En su definición más simple una imagen (imago en latín) es: figura, representación, semejanza y apariencia de algo.[4] Prácticos y teóricos también han hecho lo propio, como Berger quien precisa que es una reproducción creada o reproducida[5] o Gubern que puntualiza así, la presencia virtual de una ausencia real.[6]
[4]Definición del Diccionario de la Real Academia Española
http://dle.rae.es/?id=KzwDY4y
[5] Berger, Modos de ver, pág.15.
[6] Gubern, Ponencia magistral, Youtube.
Ilustración 1: la caza, Pintura Rupestre de la Cueva del caballo, Valttorta España; paleolítico. Aquí los trazos sustituyen a los animales, arcos, flechas y hombres que conforman una escena de cacería no presente. A su vez la imagen se caracteriza por ser: figurativa, bidimensional y fija
John Peter Berger fue un escritor, crítico de arte y pintor británico
El cometido de una imagen no es la repetición o la simulación de objetos o sucesos, sino su representación. Para el efecto requiere de un hacedor o productor de imágenes, es lo que antropológicamente se llama homo pictor. Justo este tipo de hombre sucede evolutivamente al hombre que habla homo loquens y antecede al hombre que escribe.
Adecuando el esquema de Aristóteles[7] sobre arte, ejemplifico lo anterior de la siguiente forma:
[7] Presentado y referido por la Doctora Alina Mendoza en las clases de la Especialidad de Historia del Arte, febrero-mayo de 2016.
En el homo pictor[8] las imágenes primero estuvieron en su mente y después las trasladó gráficamente sobre un soporte –las paredes de la caverna- gracias al control muscular de su mano que utilizó insumos tan primigenios como los pigmentos minerales en polvo, de uno o dos colores, y fluidos grasos.
[8] Gracias a la evolución tecnológica de los utensilios y herramientas que utiliza para su representación, pinceles de pelo animal, adquiere también la categoría del homo faber.
Si bien la representación puede ser sinónimo de imagen, hay una tipología de ésta -memorialista, informativa, estética-ornamentalista, funcional, afigurativa- y de la cual nos interesa destacar la icónica al corresponder a:
una modalidad de la comunicación visual que representa de manera plástico-simbólica, sobre un soporte físico, un fragmento del entorno óptico (percepto), o reproduce una representación mental visualizable (ideoescena), o una combinación de ambos, y que es susceptible de conservarse en el espacio y/o en el tiempo para constituirse en experiencia vicarial óptica: es decir, en soporte de comunicación entre épocas, lugares y/o sujetos distintos, incluyendo entre éstos últimos al propio autor de la representación en momentos distintos de su existencia.[9]
[9] Gubern, La mirada opulenta, pág. 48.
El pensamiento visual del homo pictor plasmado en esta representación icónica puede hacer reaccionar sensorialmente al espectador que la mire y en el mejor de los casos, llevarlo a interpretarla.
Entonces de la representación icónica analizada también puedo decir que es realista, polisémica y no es neutral pues plantea una visión de mundo. Asimismo, expresa una narración visual porque sus elementos en escena no están aislados, tienen una interdependencia que le da sentido al conjunto.
Movimiento
Aristóteles decía que, si algo no se mueve, deja de ser. La vida está unida al movimiento y por consiguiente en él están presentes las dimensiones de espacio y tiempo, con las que el hombre se ubica y organiza.
Aristóteles fue un filósofo, polímata y científico nacido en la ciudad de Estagira, al norte de Antigua Grecia
En la representación icónica no se da el movimiento tal cual, sino que se da la sensación del movimiento gracias al color, la forma, las líneas, los planos; entre otros factores utilizados por el artista.
En el estudio de caso que elegí, esquemáticamente el movimiento puede encontrarse en dos sentidos. De abajo hacia arriba y sólo concierne a la propia la obra, gracias al creador (3) y de arriba hacia abajo e implicará que la obra mueva (conmueva) al espectador (4).
Las figuras están fijas en el soporte, pero por esa sensación de movimiento que le imprime el artista, pareciera ser que los hombres estuvieran cazando sin cuartel a estos ciervos. Se equilibran con sus piernas, toman fuerza y activan sus armas hasta dar en certero blanco.
Los animales conforme a su instinto de conservación heridos los enfrentan, algunos se adelantan y otros se mantienen atrás, salvaguardando a los primeros o disponiéndose también a atacar en su momento.
Por otro lado, un nuevo movimiento se experimenta, la representación iconográfica podrá mover los sentimientos y pensamientos del espectador que la mire, emitiendo una respuesta interna o una externa, o quizá ambas.
Lo que representa y expresa la obra puede mover al espectador. Podrá pensar en la difícil situación que están viviendo estos hombres para sobrevivir, experimentar sentimientos de angustia, nerviosismo o inseguridad, o solidarizarse con alguna palabra, gesto u onomatopeya.
Si no se dieran estas dos formas de movimiento, la representación iconográfica sería inexpresiva, estaría muerta tanto para su emisor como su receptor.
Al respecto agrego una cita de Arnheim,
el movimiento es la incitación visual más fuerte a la atención[10].
[10] Arnheim, Arte y Percepción visual, pág, 397.
Tiempo
La imagen icónica vive y sobrevive en el tiempo, sea cual sea su época de producción. Un sinnúmero de tiempos diferentes convergen en la obra de arte. El de la concreción por parte del artista, el de las historias del texto visual, el de la obra y el espectador y el del historiador del arte y ella.
Varios estudiosos se han dado a la tarea de pensar sobre el tiempo.
San Agustín señaló que si bien hay pasado, presente y futuro, es este último el que prevalece sobre los otros: presente pasado, presente presente y presente futuro.
Agustín de Hipona, conocido también como san Agustín, fue un escritor, teólogo y filósofo cristiano.
Relacionar esta dimensión con el arte se le da la razón, pues cuando alguien mira la imagen, atrae ese pasado a su presente y lo actualiza. Es decir, acerca en el aquí y el ahora el acto de pintar la imagen y nuestro acto de mirarlo.
Freeland por su parte al tratar la temática cruces culturales, destacó una doble temporalidad en el arte, la caduca y la vigente.
Cynthia A. Freeland es una filósofa del arte estadounidense
La primera la atribuyo a la obra terminada y la segunda a la que resurge cada vez que es mirada por alguien, sea el espectador o el especialista.
Lo que esquematizo así:
Conclusiones
Gratificante ha resultado este ejercicio de reflexión sobre el arte prehistórico, evidencia de supervivencia de un grupo de cazadores de ciervos del paleolítico que vio y plasmó el autor anónimo.
El estudio de caso permitió replantear ideas en torno a varios autores vistos en clase, pero también abrir expectativas hacia otros como Arnheim y Berger, principalmente.
Si la cuestión filosófica aplicada al arte resulta un asunto complejo de asimilar y aplicar, desde la postura propia me arriesgue a estudiar, analizar e interpretar la cuestión de la imagen y sus posibilidades de movimiento y tiempo.
La imagen no sólo evoca alguien o algo ausente, es capaz también de trascender el objeto representado. Junto a esa individualidad hay una esencia histórico-social que no debe perderse o escatimarse.
Si algo aprendí bien en esta experiencia académica humanística de varios meses en el aula, es que tratándose de Filosofía del Arte no hay planteamientos absolutos y sí en cambio, muchas interrogantes.
Sólo me queda advertir que la imagen visual como fuente de información y cultura, enriquece la mirada del espectador, pero además siempre cuestionará y retroalimentará la labor del historiador del arte.
Referencias
Básicas:
Aristóteles, Física, Libro V. Madrid: Gredos, 1995.
Gubern, Román. La mirada opulenta. Barcelona: Gustavo Gili, 1997.
Agustín (San). Confesiones. México: Porrúa, 1986.
Freeland, Cynthia. But it is art?, New York, Oxford University, 2001.
Complementarias:
Arnheim, Rudolph. El pensamiento visual. Buenos Aires: Eudeba, 1971.
Arnheim, Rudolph. Arte y percepción visual. Madrid: Alianza Forma, 2008.
Berger y otros. Modos de ver. Colección Comunicación Visual, Barcelona, España: Gustavo Gili, 2000.
Gubern, Román. El simio informatizado, Premio Fundesco de Ensayo, en: el.simio.informatizado.pdfgubern.pdf
Gubern, Roman. Ponencia magistral: "La imagen como sistema simbólico", Publicado el 3 de septiembre de 2013, en: https://www.youtube.com/watch?v=-JJ71AMA9HY
Lasso, Silvia. Pintura rupestre.
RAE, Diccionario de la Real Academia Española http://dle.rae.es/?w=diccionario
Para la imagen:
Paloblog. Paleorama en red. Prehistoria y arqueología en Internet, valttorta.es
https://i2.wp.com/www.pinturayartistas.com/wordpress/wp-content/uploads/2008/07/007valltorta-caza1.jpg
Comments