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Joaquín Balancán Aguirre

Gestos


Desde el pasado 12 de marzo y hasta que la emergencia sanitaria lo permita, se presenta en el Museo de la Ciudad de México, la exposición Gestos de la gran cantante Mon Laferte.

Esta exposición, compuesta por 76 piezas entre pinturas y dibujos, nos permite apreciar la otra faceta artística de la cantautora, en la cual el color, la exuberancia de las formas y el uso de la plástica como elemento crítico son su común denominador.

La muestra, se divide en cuatro salas, la primera presenta 25 dibujos en tinta y grafito, algunos con personajes anodinos y de situaciones sociales o personales muy marcadas.

La segunda sala, contrasta de manera radical con la primera, ya que el color es el protagonista de estos retratos y autorretratos, además la sensación de amplitud y luminosidad despiertan en el espectador una evocación a la cotidianeidad de arte popular mexicano, al colorido del muralismo mexicano y dan la sensación de que saliendo de ese museo, en un tianguis o en el metro, encontraremos a esos personajes melancólicos y misteriosos.

En la sala tres, queda testimonio de la acción política que, de manera comprometida, ha tenido Mon Laferte, en torno a su país. Esta sala es obscura, tal vez haciendo algún guiño a la política y sus intereses, la dominan dos grandes obras una bandera chilena negra y otra llamada: Revolución.

Como parte de los actos de protesta de la artista, además en esta sala, se pueden apreciar siete dibujos que usan como lienzo el comunicado de prensa de los Carabineros de Chile, el cual exigía presentar a las autoridades de ese país a la cantante por sus dichos contra la represión policial. Estos dibujos son su genial respuesta a esta insólita y absurda solicitud.

Finalmente, la cuarta sala, contrasta con la anterior, por la luz y la amplitud, destacan en ella tres obras de gran formato que reciben a las y los espectadores, nos referimos a Valparaíso, Lodo y Papá. Estas obras, al igual que las que se encuentran en la sala, forman un conjunto crítico de los comportamientos de la sociedad, que lo mismo normaliza la violencia, aísla, juzga o protesta desde las redes sociales.

En esta sala, también se encuentra una muñeca elaborada por Mon con textiles en grandes proporciones llamada Trinidad del Carmen la cual tanto por la posición en que se encuentra y los elementos que la conforman son parte de este señalamiento a la sociedad, más conectada virtualmente, pero más alejada de los individuos.

De esta forma, Gestos, es por decirlo, otro álbum u otros álbumes en la carrera de la artista, ya que cada obra cuenta una historia y cada núcleo de la exposición tiene un eje, lo cual se corresponde con algunos de los discos de Mon como La trenza o Norma, por mencionar algunos.

A pesar de que la exposición nos muestra otro lado del universo creativo de Mon Laferte, es necesario señalar el pobre trabajo museográfico, empezando por la colocación de los nombres de las piezas en una discreta y mínima cédula, así como la falta de textos introductorios en cada sala, ello con la finalidad de dar contexto a las y los visitantes que no conocen a la cantante o incluso para los visitantes extranjeros.

Asimismo, sirva este espacio para criticar la falta de señalización en el Museo de la Ciudad de México para que las y los visitantes ubiquen la exposición, así como su descuido en la colocación de Lodo, el cual se percibe desnivelado.

Una muestra llena de figuración y transfiguración de nosotros en esos personajes, vistos por ella, en la calle, en sus conciertos o en sus firmas de autógrafos. Gestos, es una invitación a conocer a Mon Laferte o mejor dicho a Mon Lafarte a través de esta otra ventana al campo de su creación, el cual no solo está lleno de música, sino también vemos lleno de color y exuberancia.

 

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