Paquita la del Barrio pierde
Soñemos que ya no utilizamos las expresiones que atentan en contra de esos otros seres vivos que son los animales. Soñemos pues. Y como dicen por ahí que para soñar primero hay que dormir y que para dormir es necesario contar borregos, entonces contémoslos, durmamos y soñemos que, dicho con respetuosa ironía y como un simple recuento a vuelo de pájaro, en ese mundo soñado el hombre no es el lobo del hombre, no se comporta como animal o bestia, ave de rapiña o zopilote, plaga de insectos o jauría de perros, y no explota a la gallina de los huevos de oro.
A nivel social no se le buscan tres pies al gato y no se sabe de gente víbora que habla mal de sus semejantes, ni de guacamayas, cotorras y pericos parlanchines. No se anda por la vida como perro rabioso, gallina culeca, gallo giro o de pelea, nadie se cree una fiera, ni muy pantera, pavorreal o divina garza. No existen pleitos entre perros y gatos, nadie es culebra, cucaracha, chachalaca, ni doble animal porque es gato y araña, ni es acusado de ser gallina. No se matan dos pájaros de un tiro y el abrazo del oso dijo adiós.
No hay inocentes palomitas que se dejan engañar, ni eso de oblígame perro, y nadie se burla riéndose como hiena, ni dice que azotó la res. No se encuentran sanguijuelas que sangran ni mosquitas muertas que engañan. No hay aves de mal agüero, gato encerrado, palomas mensajeras, perros falderos o de rancho, ni jóvenes pichones o viejos lobos de mar. Nadie es pata de perro y la paloma de la paz brilla por su ausencia.
En el tema político no hay chapulines, mapaches, ratones locos, grillos, camaleones, arañas trepadoras y dinosaurios. Nadie es pastoreado como borrego, ni acarreado como manada de bueyes. No se aplaude como foca a quien intenta dar gato por liebre, no existen los animales políticos y nunca gobernará un gorila.
En el aspecto económico no existen los cerdos capitalistas con astucia de zorro, los coyotes financieros, tiburones y pulpos en los negocios. El perro no baila con dinero, no es cierto que ser cabeza de ratón vale más que ser cola de león, y el león no creé que todos son de su condición. No hay lobos con piel de oveja.
En materia educativa no hay burros, ni se dice que alguien no rebuzna porque Dios es grande, o de que habla como buey y dice mu, o que maúlla como gato o ladra como perro o aúlla como lobo. Y se esfumaron los castigos en los salones de clase con orejas de burro. No es cierto que el perico donde quiera es verde, que el hijo de tigre es pintito, y que si crías cuervos luego te sacan los ojos. Nadie tiene memoria de elefante, ni es tlaconete o caracol panteonero.
A nivel policiaco no hay pájaros en el alambre, tecolotes en papeles de sabuesos, ratas, ni chivos expiatorios, nadie se hace ojo de hormiga, esconde la cabeza como avestruz, agarra al toro por los cuernos, se pone almeja o trucha, ni se defiende como gato boca arriba, ni tiene un ojo al gato y otro al garabato. A nadie venadean.
En el amor no se ven tórtolos, no se echan los canes y no se acosa como buitre o perro a la otra persona. No hay lagartonas, zorras, yeguas desbocadas, changuitas, vampiresas, viudas negras. Ninguna parte del cuerpo huele a pescado y no se le llama caballo a las toallas femeninas. Nadie mata al oso a puñaladas, ni hace el oso en la relación.
Nadie le pone los cuernos de buey a la otra persona. Las pulgas dejaron de brincar en los petates y nadie se muere como el caguamo, ni corre el riesgo de parir como coneja. Nadie se pone de a perrito y las cigüeñas no tienen trabajo. La gallina vieja no hace buen caldo.
Para alimentarse no se tragan sapos, ni se come como pajarito o marrano. No se juega a la víbora, víbora de la mar, burro castigado, gallinita ciega, a ponerle la cola al burro, tripas de gato, serpientes y escaleras, al gato y al ratón. No existe el ratón de los dientes.
En materia de belleza física nadie tiene cara de caballo, ojos de sapo, nariz aguileña, patas de gallo, ojos de pescado, cuello de jirafa, dientes de conejo, mandíbula de tiburón, melena de león y cabeza de chorlito. Respecto al cuerpo humano nadie tiene vista de águila, agilidad felina, olfato de perro, ni es rápido como liebre o lento como tortuga. Nadie se cansa como ganso, brinca como caballo, salta como rana.
Los grandotes no son orangutanes, los fornidos toros, los chaparros pulguitas, los gordos ballenas o vacas. Los hombres mosca no existen, ni los hombres lobo, y los brazos y pantorrillas no tienen conejos. No hay gente cochina, ni hace cochinadas, ni ruge como león, ni apesta a marrano, perro mojado o zorrillo.
En el aspecto de la salud no hay dolores de caballo, gripe porcina, tos de perro, los mosquitos no pican, y nadie parece araña fumigada. En el aspecto laboral no hay gatas, ni gatos. Nadie trabaja como burro, mula o halcón. En la religión no hay rebaño, ni siervos. San Antonio Abad y San Francisco de Asís son venerados. En materia de lectura, ciencia e investigación, no hay ratas de biblioteca, ratones de laboratorio, ni conejillos de indias.
La música no tranquiliza a las fieras, nadie baila como potranca, ni canta como gorrión, jilguero o cenzontle. No se escuchan las voces del zorzal criollo y del grillito cantor, y Paquita la del Barrio pierde porque ya no se oye eso de rata de dos patas.
Pero creo que será mejor despertar de este sueño y tener presente que camarón que se duerme, se lo lleva la corriente…, o aparece en un coctel…, o ¿cómo es?