Gran Diosa
Que no haya saber de ellos. Escóndelos bajo tierra. Encierra sus agudos e insistentes gritos.
Ignóralos, jamás serán extrañados. Nunca serán reconocidos. Ahógalos en letanías a la Gran Diosa.
No dudes.
No observes atrás. Mantén tu movimiento inmerso en el esquema. La Gran Diosa justificará y perdonará su muerte.
El tiempo pasará. Nada cambiará. ¡Oh, Gran Diosa! En tu repetitivo saber yo confío. Si tan sólo...
¡Zum! Retumba la tierra. Sí, aún bajo ella, terremotos provocan. Te perseguirán, te atraparán, te perdonarán. Si tan sólo la Gran Diosa comprendiera...
El rubor te invade. El sólo pensarlo es insensato. Subvertir lo construido. Jugar con lo aún no nombrado.
No observar; también actuar.
¡Zum! El suelo se quiebra: “Ella” lo sabe. Demasiado tarde es para esconderlos. Me inclino ante ti ¡Oh, Gran Diosa! Perdona mi pecado de sentir. ¡Oh, benévola Razón! Me arrodillo ante tu saber. Me castigo por no poder hacerlo. Por no poder asesinar el resistente enemigo a la objetividad.
Estudiante de Sociología, y ser humano sensible. Una dualidad no tan incoherente. Le gusta envolverse de movimiento, ser observadora y activa; le asombra la vida en todas sus formas. Espera encontrar un sinfín de lenguajes y conjugarlos con las ciencias sociales aunque luzca imposible. Contacto: tache.mena@gmail.com