Sumario sobre el fútbol
Un mexicano adicto al fútbol es, entre otras cosas,
un masoquista que colecciona agravios,
jueves de dolor para los que
no hay domingos de resurrección
Juan Villoro
Siendo uno de los enfoques teóricos de la sociología el que se encarga de estudiar la acción social y el sentido subjetivo o irracional, podemos hacer una serie de propuestas sobre cómo reflexionar el espectáculo del fútbol desde el campo de la ciencia sociológica. Por ejemplo, para el sociólogo alemán Max Weber, el sentido irracional se nutre de una serie de valores socialmente aceptados. Por ello podemos sugerir que uno de esos valores de relevancia social es el balompié.
Lo cual podemos constatar en los encuentros futbolísticos importantes: la mayoría de la gente los observa a través de la televisión y a consecuencia de esto, las calles de la ciudad quedan vacías, pues la gran mayoría está atenta a la emisión del partido. El fútbol como espectáculo es un evento cuya relevancia social se demuestra en este hecho y, en otros, que propondremos en este sumario.
En el fútbol hay también un sentido racional, ya que las grandes empresas buscan un fin: que es ganar dinero; por lo cual, en las grandes finales de liga del fútbol (a nivel nacional e internacional), se anuncian muchos productos con la finalidad de venderlos y así obtener grandes ganancias. Por ejemplo, los zapatos que usa Cristiano Ronaldo o Lionel Messi, son de un costo elevadísimo; cada uno promociona a distintas marcas, Ronaldo a Nike, y Messi a Adidas.
De igual manera, en México, las televisoras, Televisa y TV Azteca, sólo buscan un fin con sentido racional, promoviendo algunos productos de los usados por las figuras destacadas de esta actividad deportiva a través de comerciales en los cuales participan los jugadores; anunciándose en los grandes eventos, obteniendo grandes cantidades de dinero por esa promoción. Al día, Cristiano Ronaldo gana 86, 967, 369 pesos, mientras que el salario mínimo de un mexicano equivale a 67.29 pesos, lo que significa que ni en un año generará la misma cantidad que dicho jugador.
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Hay dos tipos de espectadores:
aquellos que aman el fútbol
y aquellos que aman la moda
o el fenómeno social.
Estos últimos son peligrosos
Jorge Valdano
El balompié también es un medio de poder; para Weber la dominación es el poder en ejercicio, existen tres tipos de dominación:
la legal,
la carismática y
la que es por costumbre.
Aplicando someramente esta clasificación podemos decir lo siguiente. El fútbol se hace presente como medio de dominación ya que, por ejemplo, Adolfo Hitler y Benito Mussolini lo usaron para acaparar el poder, en 1934.
Mussolini amañó partidos durante la Copa del Mundo en Italia, y obligó a los jugadores a saludarlo antes y después de cada encuentro para que los aficionados se identificaran con ambas figuras de poder; así, los líderes generaron publicidad, obteniendo el respeto de los suyos.
Cristiano Ronaldo es un buen modelo de la dominación carismática, ya que tiene una serie de cualidades que hacen que muchas personas lo sigan y por el hecho de que él porte algunos productos de cierta marca, sus seguidores consiguen los productos iguales; pensando que con eso jugarán como su ídolo.
Y por último, la dominación por tradición se puede explicar con Maradona, ya que todos los argentinos le tienen cierto respeto.
Las canchas existen para que la gente
se dé vacaciones de sí misma
y pueda adorar dioses en camiseta.
Cuando están vacíos los estadios
son mausoleos a la nada
Juan Villoro.
Karl Marx nos habla de la lucha de clases, de la explotación de la mano de obra y la enajenación; un ejemplo de esto se da cuando para el proletariado tiene al balompié como única salida y, por éste, se puede sentir parte de un grupo, ya que en él, supuestamente no importan las clases sociales, por lo cual por un momento se olvidan de esa lucha de clases y se pueden sentir como una sola clase, usando la misma camiseta.
Tenemos el caso de la final en la Clausura 2013, en México, durante la cual, Cruz Azul vs. América tuvo seguidores de diferentes clases sociales, que tuvieron como fin, apoyar a su equipo. Su pasión los llevó a cegarse con el precio de los boletos, que alcanzaron un costo de $8,000 en reventa; de este modo se olvidaron, por un momento, de la explotación que sufren en su trabajo.
Los futbolistas se han convertido en un objeto pues, su mano de obra (es decir su forma de jugar), tiene un cierto costo, por lo cual pierden el verdadero sentido de experimentar la actividad deportiva, para reducirla a un hecho a través del cual obtienen dinero.
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Así, sólo juegan para ganar dinero y elevar el costo de su mano de obra y poder venderla más cara, pero, aun así, los directivos son los que más ganan, pues estos futbolistas les dejan una gran ganancia del excedente de lo que ganan los futbolistas, y la acumulación de este capital produce que se dé una plusvalía para la acumulación del capital, que no queda en manos de los jugadores.
Todo cuanto sé con mayor certeza
sobre la moral y las obligaciones de los hombres,
se lo debo al fútbol
Albert Camus
Para el sociólogo Ferdinand Tönnies existe la comunidad y la sociedad. Al darse por costumbre, el balompié forma parte de la comunidad como una voluntad esencial, ya que en la mayoría de los países forma parte de la vida de las personas. Tönnies nos habla también de las relaciones en las familias, en la pareja, en el matrimonio, en la religión, en el Estado, etc. Y por medio del fútbol, éstos pueden verse afectados o beneficiados.
Para Georg Simmel, el conflicto es algo necesario en la sociedad, ya que éste, al igual que la mentira, son muy importantes para que exista una interacción. El partido mencionado anteriormente, entre Cruz Azul y América, se dio como conflicto, ya que había personas que eran de otros equipos, pero apoyaban a alguno de estos dos, eso les permitía hablar del tema y así cada uno ponía lo que para él era relevante además de las cualidades que creía que tenía cada uno de los equipos.
Simmel también desarrolla una tesis sobre la cultura y como ésta, por medio de algún objeto, nos hace recordar o saber cómo era esa sociedad en un tiempo determinado.
El fútbol y sus grandes jugadores nos pueden representar o ayudar a comprender alguna sociedad, cómo era su cultura y su forma de vida, por ejemplo: Maradona en Argentina, Pelé en Brasil, Cuauhtémoc Blanco en Tepito, Jorge Campos en Acapulco, Cristiano Ronaldo en Portugal; y así con los Mundiales de Francia, México, Sudáfrica o Brasil; cada uno de estos representa un momento histórico de su país, que refleja alguna parte de su manera de vivir.
En conclusión, el fútbol es un fenómeno social y, con cada uno de estos autores, lo vemos de forma distinta, pero complementaria. Con Marx, finalmente, lo podemos ver desde un punto de vista enfocado al dinero y a las ganancias que éste puede generar y como el espectáculo del fútbol enajena a las personas.
Puedes leer el poema:
Un país habrá llegado al máximo de su civismo
cuando en él se puedan celebrar los partidos
de fútbol sin árbitro
José Luis Coll
Podemos interpretar con Simmel, que en el fútbol son importantes el conflicto y la mentira: en cuanto a la mentira, estos partidos pueden ser previamente arreglados y buscar un fin político o económico, así como el formar parte de una cultura enajenante.
Tönnies, por su parte, nos dice que la comunidad, la sociedad, los tipos de voluntades y el fútbol, forman a la sociedad. Yo considero que este deporte puede afectar o influir en las relaciones de familia o de pareja como es mencionado.
Quien quiera entender
cómo funciona el mundo
deberá entender el fútbol
Roberto Perfumo.
Retomando la frase de Simmel “lo que se hace por amor se hace doblemente mejor”, muchos futbolistas no tienen amor por su equipo y esto provoca que no den un buen juego, contrario a lo que pasa con las aficiones, ya que éstas tienen afecto por su equipo, lo que provoca que, sin importar los compromisos, el dinero o el clima, ellos están presentes apoyando a su equipo. Creo que entre otros factores, ese es un gran problema en México, pues los veintidós en la cancha no juegan por amor, sino por dinero, y así como hay políticos que viven de la política y otros viven para ella, hay futbolistas que viven del fútbol, y no para el fútbol.