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Katherine Ávalos Álvarez

Visiones futuras del cine

La ciencia ficción es una inmensa metáfora

Ursula K. Le Guin

La habilidad de anhelar con el futuro, ha representado constantemente una atracción muy importante en el ser humano. Tiene sentido; puesto que el pasado parece fijado, no tiene sentido viajar hacia atrás, es imposible. Sin embargo, el futuro no está fijado, por lo que imaginárselo, es posible.[1]


[1] Asimov, Issac. [En línea]. Visiones de Robot, Editorial Plaza & Janés, 1992. Disponible en:

http://www.vitalibros.cl/catalogo_web/colecciones/800/810/813/visionesrobot.pdf


Lo venidero es un lugar donde se puede dejar brotar la imaginación y, al mismo tiempo, es el sitio en el que se puede imaginar la realización de los deseos personales y colectivos. De ahí que se haya fantaseado, a lo largo de la historia, un sin número de hipótesis con relación a cómo será el futuro.[2]

[2] Cormick, Hugo y Laorio, Carlos, Juventud, cultura masiva y educación, primera edición, Buenos Aires, Biblos, 1996. 163p.

 
 


A través de su historia, el cine de ciencia ficción ha personificado esta imagen del porvenir; las grandes ciudades modernas y utópicas, así como el desmembramiento de la naturaleza -“el territorio donde se ha consumado la más grande enajenación de la esencia humana”[3]- usualmente representan el escenario ideal para éste. La ciudad no constituye un dato más de la realidad, sino que es, en muchos aspectos, la manifestación más expresiva de esta realidad; al menos, representa el gran escenario para las acciones más significativas de la vida moderna.[4]

[3] Lezama, José Luis. El territorio en el cual se ha consumado la más grande enajenación de la esencia humana, 1991, p. 142.

[4] La Nuevas Denominaciones de lo urbano [en línea].Universidad del Bio Bio Chile: 2011, [fecha de consulta 13 Junio 2014].


La tenaz evolución del género ha llegado más allá de los límites: le conciernen todas las incertidumbres y misterios, todas las posibles e improbables interrogantes. Irresueltos del presente y del pasado, así como el futuro en su totalidad, es un modo de poner a prueba constantemente, de tentar y desafiar, los límites de la imaginación. La ciencia ficción no es un mero pasatiempo ni una forma de escapismo de la “realidad”, sino que es el ojo sutil que explora los límites de lo utópico y, por tanto, de todo aquello que no es real en este tiempo, espacio, raza y planeta. La ciencia ficción es el órgano que actualiza las ilimitadas posibilidades del Ser.[5]


[5] Visiones de Némesis [en línea]. [Fecha de consulta: 13 de Junio 2014].

Disponible en: http://www.belatreides.net/documentos/ensayo/Visiones_Nemesis.pd

Blade Runner (1982), Warner Bros. Pictures. Director.:Ridley Scott . Género.: Ciencia Ficción

Guión:David Webb Peoples, Hampton Fancher. Novela.: Philip K. Dick

Música: Vangelis. 112 min.


¿A qué se debe esta fascinación por el futuro? No lo sé. Posiblemente es ese estímulo humano hacia todo aquello que le resulta desconocido; puede ser que sea la frustración de querer ir siempre un paso adelante, utilizando como fuga el séptimo arte, o quizá sencillamente una intuición de lo que puede pasar cuando lo previsto nos alcanza. A partir de aquí, trataré tres diferentes futuros aventurados dentro del cine de ciencia ficción, con una diferencia de apertura, de aproximadamente 15 años, entre una y otra película: Blade Runner (1982), Gattaca (1997) y Ella (2013).

BLADE RUNNER

En este filme se plantea que hacia el año 2019, la ingeniería genética ha conseguido desarrollar un modelo de androide (que es la réplica exacta del ser humano), aunque superior en fuerza a él y de inteligencia semejante a la de sus diseñadores. Originalmente, estos androides carecen de emociones, pero con el tiempo llegan a desarrollar amor, odio, envidia y venganza, por lo que sus creadores genéticos los han dotado de un mecanismo biológico de autodestrucción que se desencadena a los cuatro años de vida.


Los androides, denominados replicantes, sirven como soldados y esclavos para la colonización de los mundos exteriores, y su presencia en la Tierra es ilegal. Tras un motín en las colonias, un grupo de cinco replicantes ha robado una lanzadera y ha descendido a nuestro planeta. Asimismo, buscan, en la compañía que los ha manufacturado, la clave para la prolongación de la vida. Entonces, el inspector Bryant debe reclutar a Deckard, un Blade Runner retirado, para que se reincorpore a la unidad, encuentre a los replicantes y los destruya.


El primer paso de Deckard es visitar la Tyrell Corporación, entrevistarse con Eldon Tyrell (el genio de la genética que ha creado a los androides) y constatar que la máquina funciona para detectar a los Blade Runners. Así, conoce a Rachael, una replicante que ignora su verdadera naturaleza debido a un sistema de recuerdos implantados que la dota de una personalidad artificial.[6]


[6] Visiones de Némesis [en línea]. [Fecha de consulta: 13 de Junio 2014].Disponible en: http://www.belatreides.net/documentos/ensayo/Visiones_Nemesis.pd



Así, en esta consagración del cine, puede ser que las máquinas “androides” sobresalgan en fuerza e inteligencia, sin embargo, estos dotes no las hacen superiores al ser humano, incluso aunque se les adapten recuerdos y memorias a un pasado; no importa que hayan sido fabricadas a su semejanza, pues para él, sólo son máquinas. Por lo tanto, en el filme, el hecho de ser de materia androide, es una característica degradante; no importa cuán avanzada sea la tecnología y sofisticados sean los dispositivos de combate, pues al final se requiere de un mortal para que los elimine.


No obstante, a este acto no se le llame ejecución, sino retiro. Consiste en una persecución de hombre a máquina y viceversa; las máquinas luchan por tener una oportunidad, y más tiempo en la tierra, enajenándose a un sitio al que no pertenecen; son marginadas y carecen de emociones, aunque más tarde las desarrollen. Asimismo, tienen una fecha de caducidad, al igual que un producto común. Howar Brotz menciona en Outsiders que todos los grupos sociales establecen reglas, y en determinado momento, bajo ciertas circunstancias, también intentan aplicarlas.


Dichas reglas definen las situaciones y comportamientos considerados apropiados, diferenciando las acciones correctas de las equivocas y de las prohibidas. Sin embargo, el que es etiquetado como marginal, bien puede tener un punto de vista diferente; quizá no acepte las reglas y rechace la competencia y legitimidad de sus jueces.[7]


[7] Outsiders [En línea]. [Fecha de consulta: 14 de Junio 2014]. Disponible en: http://www.espiral.fau.usp.br/arquivos-artigos/Becker_Outsiders.pdf



Así sucede con los androides, éstos se rebelan ante sus creadores y ya no se consideran instrumentos de ataque en mundos alternos. Aquí es donde comienza la lucha del ser humano con su creación: las máquinas. En esta situación se rompen las tres reglas de la robótica de Isaac Asimov:


1. Un robot no puede hacer daño a un ser humano, o, por medio de la inacción permitir que un ser humano sea lesionado.


2. Un robot debe obedecer las órdenes recibidas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la primera ley.


3. Un robot debe de proteger su propia existencia, en la medida en que esta protección no sea incompatible con la primera y la segunda ley.[2] El hombre se enfrenta a las máquinas y las considera una amenaza; su único objetivo es expulsarlas lo antes posible de la sociedad.


[2] Asimov, Issac. [En línea]. Visiones de Robot, Editorial Plaza & Janés, 1992. Disponible en: http://www.vitalibros.cl/catalogo_web/colecciones/800/810/813/visionesrobot.pdfGattaca (1997) Jersey Films. Columbia Pictures. Director:Andrew Niccol. Género.: Ciencia FicciónGuión.:Andrew Niccol. Música.:Michael Nyman. 106 min.




GATTACA



En un futuro no muy lejano, la mayor parte de los niños son concebidos in vitro y con técnicas de selección genética. Vincent es uno de los últimos niños concebidos de modo natural, pero nace con una deficiencia cardíaca, por lo que no le otorgan más de treinta años de vida. Es un "no válido"; alguien condenado a ocupar los puestos menos gratos de la sociedad. Por el contrario, su hermano Antón, recibe lo mejor de la carga genética de sus padres, lo que le garantizará el acceso a infinidad de oportunidades.


Desde niño, Vincent sueña con ir al espacio, pero por su condición de no válido, es consciente de que nunca podrá ser elegido, haga lo que haga. Durante años, ejerce toda clase de trabajos, hasta que un día contacta con un hombre que le proporciona la llave para pasar a la élite: adoptar la identidad de Jerome Morrow, un deportista válido que se ha escondido desde que se quedó paralítico por culpa de un accidente. Así, Vincent podrá acceder a la Corporación Gattaca, una industria aeroespacial donde es seleccionado para una misión al satélite Titán.[8]


[8] Visiones de Némesis [en línea]. [Fecha de consulta: 13 de Junio 2014].

Disponible en : http://www.belatreides.net/documentos/ensayo/Visiones_Nemesis.pd



A diferencia de Blade Runner, en Gattaca, el ser humano engendrado de forma natural deja de ser la raza superior; se determina la hora y causa exacta de muerte. Su existencia se vuelve un desafío, etiquetado como la clase inferior que no está determinada por el tipo social o color de piel, sino por el ADN que fluye por el organismo. Enjuiciándolo como ser “no valido”, carece de capacidades y a favor tiene muchos defectos, se encuentra sometido por la elite y con pocas oportunidades de sobresalir, esto, no es considerado discriminación, sino genoismo.

 
 

La modalidad son los seres in vitro confeccionados genéticamente, privados de enfermedades hereditarias, libres de imperfecciones y seleccionados virtualmente, que más tarde son requeridos para operar en prestigiosas corporaciones para realizar misiones de primer nivel, a las cuales exclusivamente estos seres tienen acceso.



Para los genéticamente superiores, es más fácil lograr el éxito, aunque de ninguna manera está garantizado; no hay gen para el éxito. Esto significa que existe una probabilidad de que el ser humano obtenga ventaja y utilice la oportunidad, perfilando como un candidato de la élite. El objetivo de Vincent un no-valido, no es integrarse en el planeta tierra como sucede en Blade Runner con los replicantes, su finalidad es desplazarse de ella.


Así, por segunda vez, la capacidad del hombre para sobresalir ante otro orden siempre está por encima, incluso de la ciencia y la tecnología. La nueva imagen de la libertad deberá ser construida bajo otros principios muchos más perfeccionados, será una idea en que lo fundamental se exprese como conquista de la individualidad. Esa condición representada, no por lo que los hombres tienen en común, si no por aquellas cosas que los hacen ser diferentes.


“En la medida en que la estructura tiende asegurar la dominación de las clases dominantes y a regular las contradicciones que de esto derivan, se ve obligada a recurrir a mecanismos de integración con las clases aliadas y de represión con las opuestas”[9] en este caso, los no válidos.

[9] “En la medida en que la estructura tiende asegurar la dominación de las clases dominantes y a regular las contradicciones que de esto derivan, se ve obligada a recurrir a mecanismos de integración con las clases aliadas y de represión con las opuestas”

(Castells, Manuel, 1978, p. 248). Her (2013) Sony Pictures Worldwide Acquisitions. Director:Spike Jonze. Género: Ciencia Ficción

Guión.:Spike Jonze. Música:Arcade Fire, Owen Pallett. 126 min.

HER


Situada en un futuro no muy lejano, Theodore un hombre solitario y complejo que trabaja como escritor; está a punto de divorciarse adquiere un moderno sistema operativo basado en el modelo de Inteligencia Artificial, diseñado para satisfacer las necesidades del usuario. Para sorpresa de Theodore, éste iniciará una relación sentimental con dicho sistema operativo llamado Samantha, una carismática voz femenina. Esta historia poco convencional mezcla ciencia-ficción y romance, en un relato que explora la naturaleza del amor y las formas en que la tecnología al mismo tiempo nos aísla y nos conecta a todos.


Her es un filme de ficción sutil que se aproxima más a la época contemporánea, suprimiendo ciudades apocalípticas o técnicas de selección genética. La adaptación se origina en la ciudad futura de los Ángeles, en donde emerge la alienación que genera la vida de la gran metrópoli, ésta se plantea como un proceso de desintegración de la personalidad humana. Los sujetos buscan una fuga inmediata a sus problemas, hallándola en la tecnología; el hombre se ve sometido a un gran número de interacciones que fragmentan su esencia. En este contexto, el habitante se hace indiferente, superficial y apático como respuesta.



Her es la abismal enajenación a la tecnología; la interacción del hombre se sujeta a un dispositivo mecánico que superficialmente complace el menester humano; se origina es un espacio virtual, simbólico, más allá del lugar y el tiempo, rechaza el contacto físico con las personas; la forma en que funciona es ésa, ignorarlas, pues resulta más sencillo, cautivador, menos complejo, absorbente, y complace sin gran esfuerzo. El dilema aparece cuando el sujeto se enamora de su obra, no por que resulte ridículo, pues está expuesto a que suceda; el problema radica en que ésta no es algo tangible, carece de la oportunidad de materializarse, entonces lo que se consideraba una solución efímera, termina por ser arduo problema.




En estos tres filmes, se abordan tres futuros de la ciencia ficción, tres años de apertura diferentes y distintos directores, pero todos éstos manejan la temática del amor, pero no un amor carnal o profano sino ese que es alienante, subjetivo, generado de un humano hacia un dispositivo artificial, generado de un humano hacia su propia invención a pesar de que son géneros de frialdad.

 
 

Por ejemplo, en Blade Runner, Deckard se enamora de Rachael, una replicante y, en Gattaca, Vincent lo hace de Irene, una in vitro, pues ambos personajes se enamoran de mecanismos artificiales pero, a su favor, gozan de una apariencia física y se consuma la acción. Por otro lado, no sucede lo mismo con Her, el ser humano se ve obligado a apartarse hacia el mundo virtual, aunque le resulte complejo.


Sin embargo, en este caso, al final el hombre no abandona la tecnología, ésta lo abandona a él. Más allá del amor y la apariencia, existe un miedo, y no es aquél en que la máquina pueda afectar al hombre o lo lastime, si no a que ésta lo suplante. Hay ciertas cosas que la humanidad no estaba destinada a conocer, pero sin duda no se puede esperar a que renunciemos a la tecnología.[10] Puede que el futuro se manifieste sólo en las películas de ficción, o tal vez con el tiempo lo estemos forjando.



[10] Asimov, Issac. [En línea]. Visiones de Robot, Editorial Plaza & Janés, 1992. Disponible en:

http://www.vitalibros.cl/catalogo_web/colecciones/800/810/813/visionesrobot.pdf [Fecha de consulta: 14 de Junio 2014]





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