Instrucciones para la ópera en la Ciudad de México
Para disfrutar de una noche de ópera en esta ciudad, debe tomar en cuenta algunos aspectos, uno de ellos la extraña puntualidad –tal vez el único lugar puntual en el centro histórico- del Palacio de Bellas Artes, para llegar a él a tiempo, debe presenciar algunos espectáculos artísticos cotidianos de la ciudad, como el concierto que interpretan los automovilistas sobre la Calzada de Tlalpan, que desesperados por circular chocan sus manos con el volante de forma repetitiva, en muchos ritmos y estilos; luego la escenografía que conforman los semáforos del Eje Central, los grupos de bailarines-peatones que salen en la calle de 16 de septiembre y la maravilla de sincronización tramoyesca de toda la gente que desfila en Madero y Juárez.
Una vez superado lo anterior, es vital que considere cruzar la explanada hacia el Palacio y destine 5, 10 o 15 segundos en mirarlo y descubrir una nueva zona o detalle oculto a la mirada.
Dentro del Palacio, la admiración se volverá a apoderar del melómano (es decir: usted) ya que tanto el piso, la herrería o los murales, bien pueden ser los culpables de otro retraso en su arribo a la sala principal.
Una vez roto el boleto de acceso a las 19:59 es preciso que corra y/o siga al pie de la letra las indicaciones del personal: -elevador tercer piso a la derecha; -elevador segundo piso a la izquierda; o -siga de frente.
Todo lo anterior dependiendo del precio de su boleto.Una vez en el palco solo le quedan dos cosas por hacer:
1) que se atreva a salir al mismo y contemplar la inmensidad de la sala principal e integrarse a ese monstruo obscuro llamado público y
2) debe elegir el mejor lugar de los cuatro disponibles, esto último basado en un par de cosas: su visibilidad del escenario y/o la visibilidad que tenga su acompañante.
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Una vez instalado, seguramente acudirán a su memoria las grabaciones referenciales de esa ópera, después recordará la primera vez que la vio y con qué reparto, finalmente recibirá una carretada de aplausos recordándole que la función ha iniciado y que usted debe olvidar el espectáculo previo de las calles de la Ciudad, aunque al cabo de 2, 3 o 4 horas –según el compositor- deba volver a él y por qué no, actuar en los mismos escenarios.