Ciudadanos por la libre o el rudimentario trabajo de conocer el Sistema Político Mexicano
Introducción ¿Qué es más peligroso que una sociedad que no conoce los esquemas básicos que integran el sistema político que rige a su nación? Muchos considerarían que es una sociedad inerte e incluso apática a los deseos de participar u opinar respecto a lo que sus autoridades desarrollan; sin embargo, esto en los cuadros teóricos más profundos y clásicos, de la participación política, podría considerarse como un escenario improbable. En México no es así, o al menos eso se ha revelado con datos estadísticos, de proporción alarmante, en los que se señala que al menos un 70%, de los mexicanos, desconocen las funciones más básicas, por ejemplo, del sistema electoral que nos rige, el número de miembros de las cámaras del Congreso de la Unión o, peor aún, sus propios derechos. 1 La medición de la apatía social Actualmente la sociedad mexicana se ha visto como un actor poco participativo en las decisiones políticas que se han emprendido desde la cima de los poderes decisorios. Sartori afirma que mediante el uso del voto, por ejemplo, la gente se convierte en un activo y enriquecedor personaje que participa a través de la toma de decisiones de representantes; pero ahora vemos que esa concepción está siendo disminuida, por un lado, debido a las falacias mediáticas, de las que hemos sido testigo en los diferentes medios de difusión, por las actuales campañas electorales en todo el país; por otro lado, la tradición política, que históricamente nos ha regido se ha encargado de no fomentar el interés por sus instituciones o crear una cultura política.
A principios del 2015, se presentaron los resultados de la Encuesta Nacional de Satisfacción Subjetiva con la Vida y la Sociedad (Ensaviso)2, hecha por el Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México; los datos revelaron que una gran parte de los entrevistados tienen una enorme insatisfacción con las autoridades y su gobierno (85%); los consultados alegaron que parte de su antipatía responde a los problemas de corrupción y a las decisiones que se toman y que afectan a la gente y al mismo tiempo forman parte de los factores que crean un gran nivel de desconfianza y apatía hacia las autoridades.
Un jugador importante en todo esto, son los jóvenes, quienes, hasta ahora en datos duros, únicamente el 13% no tienen un panorama completo acerca de los beneficios de elegir representantes o incluso el funcionamiento de sus instituciones representativas; sin embargo, esta clase de datos no indican que los jóvenes que oscilan entre los 18 y 31 años sean pasivos políticamente, al contrario, tiene una visión de manera diferente e incluso muchos se han apartados de los movimientos que pasadas generaciones han dejado; hoy en día, las exigencias y los métodos de negociación han cambiado y se han adaptado a las nuevas formas del siglo XXI; asimismo el reproche y la sátira que ellos presentan contra el Gobierno ya apoyada, por ejemplo por los llamados cartones o moneros de los diferentes periódicos o las marchas multitudinarias que cada día suman mas adeptos de todas las edades.
Finalmente y con un esquema más ad hoc acerca de la cultura política y que no podemos pasar por inadvertido, está el estudio hecho por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI); mediante su encuesta, ya muy pasada y no muy periódica, sobre la Cultura Política y Práctica Ciudadana (ENCUP)3podemos apreciar que más del 76% de los ciudadanos se han mantenido informados acerca de los temas políticos mediante el uso de la televisión; sin embargo, a sólo dos de cada diez le interesa ese tema y esos mantienen el pensamiento de que la democracia es el sistema de elección mas idóneo para nuestro país. No obstante, a pesar del desinterés en la política y en sus instituciones, solo cuatro de cada diez considera que en el futuro podrá tener influencia en las decisiones del gobierno; por otro lado, en toda esta encuesta no se afirma el numero de persona que conocen o no a sus instituciones y menos si tienen una opinión respecto al manejo o la integración de nuestro sistema de gobierno.4
Romper el estado de confort
Robert D. Putman, politólogo enfocado en el estudio comparado entre los individuos, determina que es necesario que exista la concordancia y la confianza entre los sujetos que forman una sociedad, esto con el objetivo de medir la seguridad mutua entre personas y eso incluye a las instituciones de gobierno. En México esta idea no trasciende mas allá debido a que la sociedad se ha encontrado divida en parte a las ideologías, los partidos políticos e incluso a la devoción a un actor político que nos mueve; un ejemplo de ello lo podemos apreciar en cualquiera de los municipio mas pobres de el Estado de México en donde la comunidad puede o no cerrar filas con la administración a cargo y eso dependerá del partido o del alcalde; estos acontecimiento generan que el gobierno local responda sólo a los simpatizantes o adeptos del partido y deje, a quienes no militan, en el desamparo, durante tres años y eso provoque una insatisfacción social que al mismo tiempo lleve a exigir un trato equitativo a la sociedad pero evita implicase en temas de políticas por que ambas partes desconfiaran recíprocamente.
La formación cultural de los mexicanos, especialmente en los jóvenes, tiene sus bases ahora en la enseñanza de las asignaturas de Formación Cívica y Ética que se imparte en la educación básica, especialmente en secundaria; esta tiene el fin de introducir los elementos primordiales como son el respecto a las instituciones, los acercamientos al sistema de gobierno y de elección y pretenden formar personas cultas; sin embargo en los últimos años, las nuevas tecnologías como son las redes sociales han promovido rumores y falacias que llegan al extremo de convertirse en problemas inverosímiles pero creíbles y que adiestran de manera errónea a ciertos actuares o mecanismo de las instituciones que forman el sistema político, llevando con ello a fomentar, en muchas ocasiones, una erróneas evaluación social.4
Es preciso afirmar que el uso de las encuestas citadas en párrafos anteriores tiene el objetivo de presentar un panorama amplio respecto a la problema que procuramos atender; sin embargo, muchas veces, este tipo de información es utilizada solamente para cuantificar un problema y generar mas ambigüedad sobre un asunto.
El estado de confort como el espacio de seguridad en el que podemos controlar, y conocer lo que sucede en nuestro alrededor, se debe extender agregando a los conocimientos aprendidos lo que rodea a nuestro sistema de gobierno, a las instituciones y no caer en los razonamientos que podría considerarse completos absurdo argumentativos y manipuladores. Evocar a que la sociedad pretenda indagar, desmenuzar, comparar, buscar que esta mal en nuestro sistema político es el fin no sólo de una de un cierto grupo de académicos, de jóvenes, o hasta de las instituciones, es una responsabilidad cooperativa entre instituciones y cultura. Conclusiones a. La cultura política responde a diferentes matices de instrucción sicológica que pretenden encaminar a la sociedad a conocer los mecanismos de las instituciones y de los actores políticos que integran una nación. b. La Cultura política es considerada como un componente que conforma el llamado modus vivendi ya que integran la expresión de las raíces formativas de una nación. c. En México, una cultura democrática, institucional, política es mas que idónea para establecer la versatilidad de opiniones frente a los actuares del todo que integra al Sistema Político Mexicano; no podemos simplemente mantener una idea desatención; la gente, la sociedad o electores como se han catalogado a los ciudadanos deben convertirse en interlocutores de las necesidades y los errores que engloban al sistema político.